jueves, 7 de abril de 2016

Las diez reglas de la pobreza



Regla 1. Nunca tendrás disponible ni un peso para invertir, pero siempre habrá miles para gastar.

Regla 2. Siempre gastarás más de lo que ganas. 

Regla 3. Te pasarás el mayor tiempo posible viendo la televisión o acostado en cama oyendo la radio y, de ser posible, seguirás llenándote de hijos.

Regla 4. Nunca abandonarás la seguridad de un empleo, ni te permitirás la humillación de que tus amigos te vean vendiendo algo. 

Regla 5. Siempre prestarás a todo mundo confiando siempre en su palabra, sin tomar posesión de garantía alguna por lo que prestas.

Regla 6. Tendrás siempre la peor opinión de los ricos y de toda la gente próspera, porque de seguro que su fortuna es mal habida y apoyarás de palabra y de hecho (y con votos, sobre todo) a todos aquellos que prometan una distribución más equitativa de la riqueza. Más vale ser feliz y pobre que rico y desgraciado. Recuerda que el dinero es la raíz de todos los males.

Regla 7. Siempre te consentirás en todos tus antojos de comida, bebida, diversiones, viajes, fiestas y celebraciones, porque la vida es corta y los sacrificios nunca han servido de nada. Guardar y ahorrar es de los avaros y agarrados. Gasta como si no hubiera mañana (que tal vez no lo habrá) y cuida que no se te note la crisis.

Regla 8. Procura entregar un buen porcentaje de tu dinero a los negadores de la mente y los a los abusadores de la fe. Ellos te dicen que el dinero es malo y por eso te lo quitan con todo tipo de engaño y artimañas (al cabo que en el cielo no lo vas a necesitar). Además, piensa que no puedes disfrutar del fruto de tus esfuerzos con la conciencia tranquila mientras miles o millones se mueren de hambre en este planeta.

Regla 9. Hazte de compromisos más allá de tus fuerzas. Apadrinamientos, rifas, compromisos de compras en abonos financiados con tasas de usureros, etc.

Regla 10. Dale a todos los que te pidan: ayuda, caridad, apoyos, préstamos, etc. y sobre todo, asume la responsabilidad de las vidas, problemas y finanzas ajenas. Ayudar está bien, pero primero usted debe ayudarse a sí mismo. Nadie da de lo que no tiene.

Si cumple con todas estas diez reglas, es seguro que vivirá en pobreza. La pobreza es mental, la riqueza también. Sea de los producen más, de los que añaden valor al mercado y ganan en grande. Hágase rico en la mente que inevitablemente se hará rico en los bolsillos.

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